jueves, 25 de octubre de 2012

Demonio: La Caída. Poderes Infernales - Parte I




PODERES INNATOS

Son aquellos que TODOS los Demonios poseen, sea cual sea su casa. Pueden hacerlos efectivos siempre que tengan al menos un punto en su reserva de Fe. Habiéndolos agotado podrá extraer Fe de sus esclavos mortales.

+ Inmunidad al control mental: los demonios son inmunes a cualquier control mental y miedo inducido por medios sobrenaturales.

+ Inmunidad a la posesión: sólo podría acontecerse cuando el personaje llegara a carecer de Fe, siendo posible expulsar al demonio de su huésped mortal. Podría llegar a resistirse a través de su Fuerza de Voluntad.

+ Resistencia a la ilusión: los demonios son especialistas en distinguir entre lo real y lo ilusorio.

+ Resistencia  al daño letal: a través de su forma apocalíptica, pueden absorber el daño letal.

+ Restañar el daño físico: los demonios pueden regenerar el daño contundente o letal, pero jamás el daño agravado.

+ Invocaciones: el poder del nombre Celestial o Verdadero del demonio es tal, que este puede llegar a visualizar la imágen del que ha "profanado" su nombre, el entorno inmediato en el que acontece, o incluso un fragmento entero de la conversación según el nivel de éxito. Desestima la distancia incluso entre reinos físico y espiritual. El demonio puede llegar a mandar un mensaje a varios receptores.
La invocación es la forma más común de comunicación entre demonios, y entre demonio-esclavo/s. Siendo estos últimos incapaces de dirigirles las palabra en primera instancia, a no ser que el demonio se haya comunicado inicialmente con ellos.

+ Consciencia sobrenatural: ya sea desde las propias resonancias de un lugar (hospital psiquiátrico, un tanatorio), hasta rituales obscenos, el demonio puede llegar según sea su éxito, a descifrar la distorsión acontecida en un lugar por el uso de algún poder, con menor o mayor detalle. Pero en ningún caso, a distancia, podrá discernir el propio poder o invocación que haya sido empleado.

LOS SABERES

El saber de una Casa Celestial consiste en el conjunto de secretos del universo, que abarcan los fundamentos de la realidad y gobiernan las fuerzas que las activan.
Antes de la Caída, cada casa tenía su conjunto de saberes que reflejaban sus deberes dentro de la jerarquía angélica y que eran representativos y motivo de orgullo de cada Casa.
Durante la Edad de la Ira, el orgullo se rindió al pragmatismo y los caídos intercambiaron sus saberes para encontrar ventaja ante sus adversarios.

Cada Demonio, domina el saber de su Casa madre, pero gran parte de su poder yace en su subconsciente, por lo que según se vaya familiarizando con el control de su huésped, será capaz de canalizar más energía Celestial y recuperar más de su antiguo poder.

Al comenzar, el personaje elegirá el saber inicial del demonio entre las tres sendas propias de la Casa Celestial del personaje en cuestión, así como las dos sendas de saberes comunes que todos los demonios conocen.


+ Saber de la Añoranza: permite al Caído desentrañar las emociones enterradas de una persona, así como información sobre sueños/anhelos. Este puede amoldarse a la perfección para encajar con las expectativas de su interlocutor, convirtiéndose en su objeto soñado, disipando dudas, sospechas y temores. El demonio puede llegar a trasformarse en el objeto de obsesión de alguien, con lo que el sujeto no podrá quitárselo de la cabeza, pudiendo girar dicha obsesión en torno a una persona, idea o proyecto. A su vez, puede desarrollar el arquetipo de "Musa", inspirando a dicho sujeto, permitiéndole alcanzar cotas de erudición y consciencia que rayen lo inhumano. Pudiéndole cortar el suministro en el momento que desee, dejándole en un estado de frustración sin igual.

+ Saber de la Bestia: dota al Caído, del poder de detectar la presencia de vida en los alrededores y hacerles su séquito protector. Siendo capaz de dominarles y someterles a su voluntad, incluso llegando a poseerles o a tomar su forma física. En la cúspide de su poder, puede el Caído manipular el cuerpo físico de un animal y aumentar o transformar a una criatura a voluntad.

+ Saber de la Carne: el Caído puede alterar la química corporal de su huésped y otros seres pudiendo purgar venenos, y acelerar o relentizar su metabolismo. Permite a su vez manipular el sistema nervioso aumentando así su fuerza, reflejos, embotar o agudizar sentidos y dotarle de gran placer o dolor. El Caído puede manipular la carne dotándole  de mayor masa muscular, expandir sus facultades mentales, devolver su forma original a alguien mutilado e incluso convertir al sujeto en un monstruo del averno si así gusta.

+ Saber de los Celestiales: con él, el Demonio puede detectar la presencia de mortales o demonios, "activando" sus reservas de Fé como si de faros se tratase. Puede enviar visiones u órdenes detalladas, dotarles de Fe, trasmutar su propia Fe en fuego blanco e interceptar una evocación de otro Demonio y dirigir sus efectos a su antojo.

+ Saber del Despertar: el Caído puede encontrar al fiel (sea mortal o demonio) rastreando su Fe. Expulsar un veneno, infección o tejido enfermo, sanar cualquier tipo de herida, animar objetos inanimados y devolverle la vida -que no el alma- a un cadáver.

+ Saber del Espíritu: el Demonio puede hablar con los espíritus (del mundo físico o espiritual) y obligarle a responder a sus preguntas, invocarles a su presencia y mantenerlos allí hasta que el Caído los despida. A su vez puede controlarlos y someterlos, aprisionarlos en un objeto anclándoles en el mundo físico. En su apogeo, dicho poder puede anclar un espíritu en un cuerpo físico sin alma.

+ Saber del Firmamento: el Caído puede ver a través de los ojos de uno de sus esclavos. Si posee el nombre de su objetivo o tiene alguna pertenencia del sujeto puede observar al sujeto sin importar la distancia en la que se encuentre. Puede hablar a través de un esclavo, atacar con algún poder sin tenerlo a la vista (poseyendo algo importante para el sujeto, o un mechón de pelo) y puede hablar y actuar a través de múltiples esclavos al mismo tiempo.

+ Saber de la Forja: con él, el Demonio obtiene una comprensión de cualquier objeto, repararlo y mejorarlo. Puede activar el objeto simplemente con la fuerza de voluntad, moldearlo y transmutarlo en otro objeto, dotarle de poder e incluso encerrar un alma -mortal o demoníaca- dentro de un relicario u otro objeto especialmente preparado para dicho fin.

+ Saber del Fundamento: el Caído juega con los los principios básicos maleándolos a su voluntad. Puede manipular la gravedad, permitiéndole saltar grandes distancias, flotar, manipular la adherencia de su cuerpo (correr por las paredes, colgarse del techo), afectar a la inercia de todo lo que toque, manipular la aceleración, la cohesión (caminar sobre agua o aire) e incluso descomponer cualquier objeto sólido.

+ Saber de la Humanidad: el Demonio adquiere el poder de comprender a cualquier mortal, (y a la inversa), hacerse percibir como un aliado en potencia, disipando recelos iniciales. Le permite desvanecerse a voluntad, confesar a los mortales que responderán a él con total sinceridad, e incluso alterar la memoria de un mortal, cambiando o eliminando recuerdo o implantando otros nuevos.


(El resto de Saberes en la siguiente entrada: Demonio: La Caída. Poderes Infernales - Parte II)

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